EMERGENCIA EN LAS RELACIONES FINANCIERAS

       Son rechazables éticamente aquellas formas de ingreso que surgen porque se crea para el comprador o para el vendedor una situación de emergencia.           La euforia financiera de las mal llamadas épocas doradas, unida a las ilimitadas facilidades crediticias de que gozaron las sociedades dinámicas allanaron las tomas de propiedad por parte… Seguir leyendo EMERGENCIA EN LAS RELACIONES FINANCIERAS

EL PELIGRO DE LAS ABSTRACCIONES

EL PELIGRO DE LAS ABSTRACCIONES            Hemos afirmado que la valía de algo es una relación de conveniencia del objeto valorado a los fines del sujeto término. Debemos añadir ahora que esa relación es una relación real. En el mundo económico no basta con idear, hay que «materializar». No nos podemos quedar en meras abstracciones,… Seguir leyendo EL PELIGRO DE LAS ABSTRACCIONES

ÊTRE UNIVERSITAIRE AUJOURD’HUI 

          L’évolution et l’adaptation de l’enseignement de l’économie à la réalité actuelle ne peut pas être déterministe, mais créative et harmonieuse dans la mesure où le progrès admet la variation et la libre génération. L’enseignement peut avoir une première conséquence négative : que l’étudiant protégé par les règles qui lui ont été imposés, sans avoir la capacité pour donner une explicaiton d’elles ni avoir saisi le sens. Une telle action est contraire à une attitude proprement rationnelle. Il n’y a pas de critique possible mais un conformisme répétitif qui empêche tout développement de la propre personnalité. Le véritable enseignement est celle qui montre les principes sur lesquels repose la conduite enseignée. Ainsi, l’action future ne sera pas seulement protégée par des règles, mais sera capable d’invoquer ces règles. Cette capacité fait l’action potentiellement auto-critique et élimine le conformisme et l’application indiscriminée des règles, et permet l’avancement et le développement personnel qui donnera les réponses appropriées aux nouvelles situations.

          Dans l’enseignement universitaire, il est nécessaire l’apparition des caractéristiques essentielles de cette institution séculaire, parmi lesquelles comprennent le souci universel de la connaissance, la liberté dans la recherche, la spontanéité dans les relations entre les enseignants et les étudiants ou l’indépendance du pouvoir politique. L’Université a créé un style de vie qui est inséparable de la compréhension occidentale du monde. Ce style fait que le savoir soit la méthode de l’avancement de la société et de la discipline pour la formation des générations futures. Pour essayer de renforcer ces caractéristiques essentielles de l’Université, elle ne peut pas tourner sur elle-même et stéréotyper les processus dans un académisme stérile. On ne peut pas perdre le lien entre la théorie et la pratique en succombant dans un intellectualisme trop pur ou trop soumis à la politique, ou, à l’autre extrémité, perdre le sens et l’orientation des connaissances pratiques. À mon avis, les sciences humaines ne peuvent pas être déconnectées des professions liées à la gestion économique en étant réduites aux actions éminemment techniques. Je ne considère pas que le style universitaire se renforce quand il se sépare radicalement de la culture scientifique et technique des sciences humaines. Nous devrions retrouver le sens de l’expression «être universitaire » qui implique un mode de vie, une méthode globale du travail, une vision du monde qui est stable mais aussi dynamiquement ouverte à quitter l’école.

 JJ Franch Meneu

SER UNIVERSITARIO EN NUESTROS DÍAS   

          La evolución y adaptación de la enseñanza de la economía a la realidad  actual  no  puede ser determinista sino creadora y armónica en cuanto que se afirma el progreso que como tal admite la variación y la libre generación. La enseñanza puede tener una primera consecuencia negativa que es que el alumno actúe amparado en las reglas que se le han expuesto, sin tener capacidad para dar una explicación de ellas ni haber captado verdaderamente su sentido. Tal actuación, evidentemente, es contraria a una  actitud propiamente racional. No hay posible auto crítica sino un mero conformismo repetitivo que impide todo desarrollo de la propia personalidad. La auténtica docencia es la que pasa de ese estadio para mostrar los principios sobre los que se apoya la conducta enseñada. De esta forma, la actuación futura no estará sólo amparada en reglas, sino que será capaz de invocar tales reglas. Tal capacidad hace a la acción potencialmente auto crítica y, por consiguiente, elimina el conformismo y la aplicación indiscriminada de las reglas, así como posibilita el avance y el desarrollo personal que dará las respuestas oportunas ante las nuevas situaciones.

          En la enseñanza universitaria deben aparecer los rasgos esenciales de esta institución multisecular entre los que cabe destacar la preocupación universal por el saber, la libertad en su búsqueda, la espontaneidad en las relaciones entre maestros y discípulos o la independencia del poder político. La Universidad ha creado un estilo de vida que es inseparable de la comprensión occidental del mundo. Ese estilo hace del saber el método de avance de la sociedad y la disciplina para la formación de las futuras generaciones. Para tratar de consolidar estos rasgos esenciales la Universidad no puede replegarse sobre sí misma y acabar estereotipando sus procesos en un academicismo estéril. Tampoco se puede perder la conexión entre la teoría y la práctica cayendo en un intelectualismo demasiado puro o demasiado sometido a lo político, o, en el otro extremo, perdiendo el sentido y orientación del conocimiento práctico. En mi opinión las humanidades no se pueden desconectar de las profesiones relacionadas con la gestión económica quedándose éstas reducidas a las acciones eminentemente técnicas. No considero que se realce el estilo universitario cuando se separa radicalmente la cultura científico técnica de las humanidades. Tendríamos que recuperar el sentido de la expresión «ser universitario» que implica un modo de vida, un método global de trabajo, una visión del mundo que se mantiene estable pero dinámicamente abierta al dejar las aulas.

       

LOS LIBERALES Y EL MUNDO DEL TRABAJO

Es curioso ver cómo desde posiciones filomarxistas, sindicales  y socialistas se hace una apropiación indiscriminada del mundo del trabajo con el recurso verbal al obrero y al trabajador por cuenta ajena. Parece que toda decisión política y económica, por  el mero hecho de venir de ellos tiene necesariamente que favorecer a ese mundo del trabajo tan maltratado. Sin embargo, en sus programas políticos y en las políticas económicas que realmente ponen en pràctica, se prima el consumo, la demanda, la subvención, el ocio y el gasto, sobre el ahorro, la oferta, la productividad, la competencia, y el trabajo en definitiva. La triste realidad de sus erróneas políticas acaba por perjudicar a quienes intentan favorecer y que son quienes les sustentan con sus votos en el poder. La Economía tiene sus leyes impresas en la naturaleza humana y no se puede ir por mucho tiempo en su contra si no se quiere caer en una miseria además coaccionada, esto es, que agosta la libertad individual y familiar.

          Son los pocos liberales que no han cedido al engatusamiento adormecedor de las políticas de demanda los que levantan la bandera del trabajo como motor de progreso en las sociedades donde se implanta. La competencia real y la flexibilidad y desregulación de los mercados de factores productivos donde cobra especial relevancia el trabajo cualitativamente distinto del vecino correspondiente, da lugar a que el comportamiento relativamente más idóneo y racional de ciertos individuos o empresas induzca a otros, estimulados por el éxito de aquéllos, a imitarlos para poder sobrevivir y mejor vivir.

          Es especialmente significativo este proceso en el ámbito de nuestra sociedad de la información y del conocimiento donde el desarrollo intelectual de una comunidad se basa en la rápida difusión de las opiniones sustentadas por un escaso número de personas pioneras en tal o cual innovación material, de organización, financiera o estratégica.

          Como indica Hayek, si una sociedad carente de espíritu empresarial se le permite a la mayoría abortar cuantas iniciativas pueda considerar inoportunas, poca probabilidad existe de que llegue a germinar adecuadamente el proceso espontáneo competitivo del mercado.

          Con estas novedosas, y a la vez viejas, ideas sobre la importancia del trabajo orientado a los mejores fines, los liberales se están adueñando a pasos agigantados de la defensa de la dignidad de los llamados obreros y trabajadores todos.

CONFORT QUALITATIF

CONFORT QUALITATIF  La tâche globale du développement économique intégral est de découvrir, extraire et accroître, à travers de concours coordonné tous les travaux physiques, organisationnelles, intellectuels et réflexives et le degré de gestion des ressources naturelles, aux besoins et aux objectifs humains. La valeur économique qu’il faut augmenter est l’orientation de ce qui est à… Seguir leyendo CONFORT QUALITATIF

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THE SHOEMAKER SHOULD STICK TO HIS LAST

THE SHOEMAKER SHOULD STICK TO HIS LAST Firmly establishing beforehand my deep respect for priests, I have to admit that sometimes, when attending a religious ceremony and I begin to hear the Economy being spoken about from the lectern of the temple, I begin to look around restlessly, I grind my teeth and symptoms of… Seguir leyendo THE SHOEMAKER SHOULD STICK TO HIS LAST

THE ZERO-SUM ERROR 

The opinion that in life, and specifically in the economy, when someone gains someone else loses, that nobody can prosper unless another or others are unsuccessful, is widespread even among those of us who should be experts in these issues. What is gained by those who win has to be equal to that which is lost by those who lose, and so only zero-sum phenomenon are produced.

I believe, however, that the general regressive nature of this conduct hasn’t been set forth sufficiently clearly. Faced by criticism, the response has always been that economic policies based on the zero-sum exerted a re-distributive effect in society;  and that they favoured, in short, the poorest and most marginal sectors of the population, to the detriment of the highest incomes. It is on this point where I disagree.

The core of the potentiality of economic science and its responsibility, is in convincing and applying that conviction consistently, that economic phenomenon are rarely zero-sum.  The most habitual is that they are positive-sum or also, and here lies the risk of a mistaken policy, negative-sum. An action will be positive-sum when all gain or, at least that which is gained is more than what is lost by those who lose. It will be negative-sum when all lose, or also if what is gained falls short of the amount lost.

I greatly fear that the vision of economic policy with zero-sum results is in the philosophy of many general and concrete outlines of budgets nowadays, in certain pressures of socio-economic agents and in many of the reflex actions of our daily life.  This type of attitude is restrained, for example, in the majority of collective agreement negotiations; in the simple act of bringing out an insinuation about the suitability of an ‘iron law’ for profits and in the entrepreneurial obsession with prejudice of wage rises without taking into account individual productivity. It is also restrained in the false dichotomy, raised so many times over the years, between the so-called social costs and investment costs (as if investment costs weren’t social or as if the social costs, well oriented, could not be considered as investment in human capital); in the attempts to force a regional redistribution by decree; in the general controversy over whether the public sector should increase or reduce its protagonism in economic life; etc. 

The radical contradiction entrepreneur-employee, rich-poor, good-bad, friend-enemy, native-foreigner continues to prevail, despite being an already obsolete interpretation.  It is assumed that what one gains the other necessarily loses.

Economic reality and experience, on the contrary, indicate that on the majority of occasions both have common interests.  The most fitting policy consists of being capable of generating positive economic synergies and avoiding negative ones.  It is necessary to substitute, in short, the Darwinian conception of competition (according to which the survival of the fittest implies the disappearance of others), for a vision more in tune with reality, in which competition is formed as a system of dynamic collaboration in the course of which all participants benefit.  I sincerely believe that a lot of energy has been wasted in deciding who were the guilty ones and in arguing over unimportant issues. I trust that there will be a reaction in time and the Spanish economy doesn’t end up like the fable about hounds and greyhounds.

The previous remarks indicate the usefulness of remembering, to conclude, Shackle’s deep and challenging affirmation: “The future is not discovered, it has to be created”.  If the government’s attitude, and the rest of the economic agents, is to trust in the determinist error that the simple passing of time improves the previous situation, we could reach a point of difficult return.  The longer it takes us to escape from the negative spiral in which we are immersed,  the more painful it will be to renounce such passive trends in order to begin to walk along the path of positive synergies.  Everyone will gain if we change the general orientation…and there will be no winners or losers.

LA TEORÍA DE LAS SIETE Y MEDIA

La economía personal e interpersonal y, por lo tanto, también los mercados, tienen una gran similitud con los juegos de mesa o al aire libre y con los juegos deportivos. Jesús de Garay ha escrito incluso un libro sobre El juego del mercado publicado por Díaz de Santos donde hace reflexiones altamente interesantes: el mercado es un sistema en el cual todos los participantes lo son porque les da la gana y en donde si no hay beneficio para los jugadores y el público, no se juega; promueve también de manera especial que todos se enriquezcan; es fundamental que las reglas estén claras para todos los jugadores y que todos se comprometan a aceptarlas; si la publicidad de las reglas falta, o si falla la igualdad en su aplicación, entonces no hay libertad para realizar los intercambios, sino violencia por parte de algunas personas que monopolizan el juego… etc. Del entramado de reglas de cada juego distinto se pueden sacar enseñanzas de hondo calado. Veamos el caso del juego de las siete y media.

Como bien saben ustedes, en ese juego de cartas gana quien más se aproxime a esa cifra mágica teniendo en cuenta que la sota, el caballo y el rey tienen el valor de medio punto. Repartida una primera carta a todos los participantes, cada uno va pidiendo más cartas hasta que se queda o se pasa, de tal forma que con un as se puede incluso ganar, puesto que los demás, aun estando en mejor posición de partida, no es difícil que se pasen. La ambición excesiva puede perdernos queriendo alcanzar el óptimo de las siete y media. Las posibilidades de triunfar son ascendentes a medida que nos acercamos a la cima, pero con un traspiés imprudente nos precipitamos en el abismo del fracaso.

No pocos procesos económicos y decisiones de la conducta humana tienen un parecido altamente llamativo. Pensemos, por ejemplo, en el grado de implantación del Estado del Bienestar. Un pequeño colchón para amortiguar las desgracias de la vida, nadie, ni siquiera el mas ultraliberal de los liberales, lo pone en duda. Un poco más puede ser también conveniente y se puede exigir una contribución tributaria coactiva razonable y proporcionada en base a lo que viene llamándose, falsamente, paz social. Podemos seguir acrecentando, pero, en este caso, no sabemos a ciencia cierta dónde está el óptimo y es fácil que nos pasemos porque la inercia nos arrastra una vez iniciado el proceso. Es más, seguro que en Europa y en España nos hemos pasado y por eso es fácil que perdamos en el juego internacional global. Si nos pasamos de la raya, aumentan los parados, los inválidos, los desfavorecidos, los pobres, los marginados, los analfabetos, los agricultores desvalidos, los jornaleros del PER antiguo y nuevo; los pensionistas piden cada vez más; los subvencionados también exigen más porque sus razones, sean las que fuesen, siempre son las más importantes y urgentes; todos piden más sanidad y educación gratuitas, más parques públicos, más infraestructuras sin pagar aparentemente un duro… etc. Las fuentes de financiación se estremecen; la deuda aumenta y hay que pagarla compitiendo en los mercados de capitales con tipos de interés más atractivos para los rentistas de aquí, de acullá y de allende los mares; la iniciativa personal y empresarial se marchita y se pasa al otro bando, a los que cobran de los demás. Nadie arrima el hombro. Nos hemos pasado de las siete y media. En la revancha, que quizás se nos dé, hay que tener la lección bien aprendida y quedarnos un poco alejados del abismo para triunfar.

La utilidad que nos reporta el uso y consumo de bienes y servicios tiene un comportamiento parecido: un poco de vino en las comidas es muy saludable, un vaso también, un poco más empieza a ser peligroso; si nos pasamos, la borrachera trastorna toda nuestra actividad y perdemos con seguridad meridiana. Comprar un paraguas por si llueve, bien; dos, también, tal vez tres; pero si no somos coleccionistas ¿para qué más?; la utilidad marginal puede llegar a ser negativa; podemos pasarnos. Un poco de sal en las comidas o un rato de descanso en la televisión, bien, un poco más, quizás también, pero conviene moderar y diversificar. Invertir en tal o cual valor en la Bolsa o en este o aquel plan de pensiones, bien; invertir más ahí porque confiamos, mejor; pero, ¡cuidado!, no pasarse. Conviene apostar sólo con lo prescindible y, además, mas bien poco a varios posibles ganadores que obsesionarnos con uno. Conducir atortugados con nuestro coche, malo, hay que avivar la marcha, también para no molestar; incluso, si el asunto lo requiere podemos acelerar, pero, ¡atención!, no pasarse, los excesos se pagan y la teoría de las siete y media nos lo vuelve a recordar. Un poco de orden, vale; un poco más puede valer; pero la enfermedad monomaniática y perfeccionista nos amenaza. Escribir en Word, usar una base de datos, una hoja electrónica sofisticada, conectarse a internet vía infovía, conviene. Pasarse nos puede convertir en mecanos de silicio que hablan en bits, engullen kbytes, ven chiribitas electrónicas y, en el fondo, no saben de la vida ni hacer la “o” con un canuto.

«In medio virtus» decía el clásico. Tengo entendido que Aristóteles escribió la Ética a Nicómaco jugando a las siete y media en el Aerópago griego. Aprendamos.

JJ FRANCH

 LA ECONOMÍA COMO CIENCIA DE LA CONDUCTA HUMANA
        Las más modernas concepciones de la Economía la encuadran entre las ciencias de la conducta y de la acción humana. Las distintas elecciones libres entre alternativas factibles que se toman en la vida cotidiana, y que condicionan los procesos económicos de asignación de recursos, están impregnadas de la tensión hacia los fines últimos que cada actor se plantea o descubre como màs convenientes en la vida. La elección humana se enmarca en un proceso dinámico y continuo, inmerso en el tiempo, donde las decisiones tomadas en períodos pasados interactúan con las elecciones presentes y futuras.
          No es ajeno a la Economía, por lo tanto, la selección individual de estilos de vida o modelos de conducta que se van realizando en el transcurso del tiempo y con el concurso de distintas concepciones culturales, éticas, políticas, sociales, familiares, trascendentes o intrascendentes. Cada persona puede elegir un plan de vida, es decir una secuencia de acciones con las que, según la tendencia connatural, espera que le aseguren una aproximación hacia experiencias «interesantes» y «buenas» que  le compensen y le hagan feliz. Las necesidades humanas básicas de alimento, vestido, vivienda, sexo, seguridad, libertad… etc, establecen lógicamente límites sobre los estilos de vida posibles. Pero los individuos en las modernas sociedades de Occidente hace tiempo que, esencialmente, han logrado niveles de opulencia que les permiten ir màs allá de los mínimos biológicos que determinan las conductas.
          El premio Nobel de Economía James Buchanan explica esto mismo en «La razón de las normas» resaltando que las elecciones de hoy pueden conformar, en alguna medida difícilmente cuantificable pero real, las preferencias de mañana y de más tarde. El individuo se «construye» a sí mismo para su actuación y su ser en épocas futuras. «Construye» lo que va a ser la unidad de elección en las fechas posteriores, así como el conjunto de opciones de las que el día de mañana dispondrá dentro de ciertos límites.
          Al reconocer que las elecciones hechas ahora afectan a las de mañana y más tarde, el estudio de estas cuestiones tiene que implicar una especie de «preferencias de preferencias» que ordenen el resto y que permiten jerarquizar los distintos futuros posibles estimando unos mejor que otros. Las elecciones en el tiempo presente tenderán a reflejar esas preferencias. El éxito en las próximas Olimpiadas, por ejemplo, sólo se conseguirá con un renovado esfuerzo disciplinado de cumplimiento libre de ciertas reglas y normas autoimpuestas.

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Do not believe that I am referring to the number of pages of the European Telephone Guide. It is something that produces a widespread harassing and that also competes in boredom with the continuous hammering of names, surnames and telephone numbers.  In the Deanery’s room of the Law Faculty that I have to visit on… Seguir leyendo 398,169 PAGES