Uno de mis nietos gemelos -11 meses tiene ya- se me quedó dormido en mis brazos a la vez que le mecía. Mientras lo acunaba pensé que también usted que me lee y yo tuvimos un día 11 meses. Pero me sorprendió darme cuenta que también mi padre me durmió en brazos más de una vez. Siempre pensamos que son las madres las que nos acunan y duermen pero -al menos para mi hoy- ha sido un descubrimiento saber que también mi padre lo hizo muchas veces. Han sido unos momentos únicos e inolvidables que no cambiaría por nada del mundo.

Besos varoniles, de los que salen de lo hondo del corazón y explotan chispeantes, suaves y alegres -en armonía luminosa de color- en toda tu piel joven de mujer, especialmente en tus labios dulces y en tus ojos cariñosos que -como sabes- son siempre el espejo de tu alma radiante.