Schumpeter se dio cuenta de que las raíces del análisis económico descansan en la filosofía moral más que en el mercantilismo, como la mayoría de los historiadores anteriores habían sostenido. La principal corriente, en opinión de Schumpeter, se originó con Aristóteles y la escolástica medieval, incluidos los doctores de los siglos XVI y XVII

Grice-Hutchinson, El pensamiento económico en España (1177-1740) Barcelona, Editorial Crítica, 1983, p. 17.

4.2.-  El mito de la superpoblación – Apartado 2 – Capítulo IV – Crisis económicas y financieras. Causas profundas y soluciones

Crisis económicas y financieras. Causas profundas y soluciones Capítulo IV  Apartado 2 El mito de la superpoblación                   En las cuestiones referentes a la población es urgente desmitificar los números. La profesión de economista tiene una atracción fatal por el número. Desde tiempos inmemoriales el número ha estado envuelto en una aureola mágica de misterio… Seguir leyendo 4.2.-  El mito de la superpoblación – Apartado 2 – Capítulo IV – Crisis económicas y financieras. Causas profundas y soluciones

Sobre el origen del principio nuclear de la propiedad privada. – Apartado 1 – Capítulo III – Justicia y Economía

JUSTICIA Y ECONOMÍA CAPÍTULO  III LA FUERZA ESTIMULANTE Y CREATIVA DE LA    PROPIEDAD PLURAL CLARIFICADA.  EL ORIGEN. Apartado 1 Sobre el origen del principio nuclear de la propiedad privada.           Una vez desarrollado el fundamento de la ley natural como pieza clave para entender la justicia económica en Vitoria, Soto y Mercado, corresponde ahora examinar… Seguir leyendo Sobre el origen del principio nuclear de la propiedad privada. – Apartado 1 – Capítulo III – Justicia y Economía

Para los austriacos la concepción subjetivista consiste en el intento de construir la Ciencia Económica partiendo siempre del ser humano real de carne y hueso, considerado como actor creativo y protagonista de todos los procesos sociales. Por eso, para Mises, “la teoría económica no trata sobre cosas y objetos materiales; trata sobre los hombres, sus apreciaciones y, consecuentemente, sobre las acciones humanas que de aquéllas se deriven. Los bienes, mercancías, las riquezas y todas demás nociones de la conducta, no son elementos de la naturaleza, sino elementos de la mente y de la conducta humana. Quien desee entrar en este segundo universo debe olvidarse del mundo exterior, centrando su atención en lo que significan las acciones que persiguen los hombres.” 

Ludwig von Mises, La acción humana: Tratado de economía, 5ª edición española traducida por Joaquín Reig Albiol y publicada con un “Estudio Preliminar” de Jesús Huerta de Soto, Unión Editorial, Madrid, 1995, (6ª. ed., 2001), pp. 111-112.

Más adelante, en la p. 169, Mises añade, en la misma línea, que “la producción no es un hecho físico, natural y externo; al contrario, en un fenómeno intelectual y espiritual”.

Jesús Huerta de Soto,  Nuevos Estudios de Economía Política, Nueva Biblioteca de la Libertad, 30, Madrid, Unión Editorial, S.A., 2002,  p. 27.

Las reglas del juego y el beneficio que enriquece – Apartado 4 – Capítulo III – Ética en la libertad de los mercados

Crisis económicas y financieras. Causas profundas y soluciones. Capítulo III  Ética en la libertad de los mercados Apartado 4 Las reglas del juego y el beneficio que enriquece  Geoffrey Brennan y James Buchanan terminan su libro    La razón de las normas  con estas palabras: Los buenos juegos dependen de las buenas reglas más que de… Seguir leyendo Las reglas del juego y el beneficio que enriquece – Apartado 4 – Capítulo III – Ética en la libertad de los mercados

El ahorro y la inflación – Apartado 4 – Capítulo VI – Justicia y Economía

JUSTICIA Y ECONOMÍA ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO  VI  LA  EXIGENCIA  CONTINUA  DE  LA  MORAL  PERSONAL  EN  LA ECONOMÍA  LIBRE  DE  MERCADO. Apartado 4 El ahorro y la inflación. Si, por definición y como se ha dicho, el consumo improductivo sin moderación produce un efecto reductor del ahorro, el proceso más altamente pernicioso  para el ahorro es… Seguir leyendo El ahorro y la inflación – Apartado 4 – Capítulo VI – Justicia y Economía

ENCASILLAMIENTOS Y ENCASTILLAMIENTOS

Permítanme que por una vez no escriba, aparentemente, de cuestiones económicas. A pesar de lo que se publica, y contemplando los hechos y las actitudes reales, no parece que vivamos en una sociedad flexible, abierta, tolerante y secularizada, sino que mas bien parece que todos los cualquiera que pasean por nuestras calles y habitan los vecindarios tienen a gala continuar la medieval costumbre inquisitorial de poner el San Benito. Continuamente nos dedicamos, casi sin darnos cuenta, a encorsetar rígidamente a los demás con sambenitos de los que las víctimas difícilmente podrán deshacerse. Sustituimos lo sustancial por lo puramente accidental, el contenido por el continente, lo permanente por la mera anécdota, lo importante por lo circunstancial, la persona por la función. Encasillamos a la gente con múltiples camisas de fuerza que nos aprisionan, y desfiguran el aire original que cada uno tiene. No somos ya quien somos, sino que, por circunstancias accesorias, los convencionalismos nos convierten en blancos o negros; en los del norte o los del sur; en trabajadores o empresarios; en machistas o feministas; en consumidores o productores; en vascos, catalanes, aragoneses, andaluces, bosnios, canadienses, mestizos,  españoles, mejicanos, peruanos, chilenos, chinos o japoneses; en gordos o flacos; en rubios o morenos; en ricos o pobres; en cristianos, judíos o musulmanes; fumadores o no fumadores; de derechas o de izquierdas; etc. No sólo sustituimos la personalidad radicalmente inimitable por algún accidente o por alguna función, sino que, a continuación, formamos piña masificada con lo accidental, lo idolatramos hasta cotas insospechadas, nos encastillamos, y nos enfrentamos violentamente con los grupos opuestos haciendo realidad cotidiana las más sangrientas luchas tribales en este siglo XXI.

          Leía hace poco unos estudios científicos antropológicos donde se demostraba que todo el género humano desciende de una sola mujer. Todos somos indígenas esparcidos por el mundo. ¡Cuándo nos daremos cuenta, y actuaremos en consecuencia, que todos estamos en el mismo barco y que todos hacemos falta! ¡Cuándo reconoceremos la dignidad igual e infinita de todos los cualquiera que se entrecruzan en nuestro pensamiento habitual y en nuestros ojos carnales o audiovisuales! ¡Cuándo descubriremos que los intercambios voluntarios de bienes y servicios, como la comunicación a través del lenguaje conciliador, son fenómenos de suma positiva donde todos los que participan salen ganando y ninguno se empobrece, haciendo realidad lo que los economistas llamamos mejoras de Pareto!

          Adaptarse a la realidad no es encasillarse en normas rígidas y deterministas. La realidad no es monolítica ni dogmática, sino flexible y libre en tanto en cuanto máximamente libre es quien la ha creado. No podemos ni debemos intentar dar vida auténtica a los entes de razón, a las clases sociales, a los grupos y gropúsculos, a las funciones. No existen militares, tutsis, judíos, políticos, palestinos, periodistas, pescadores, financieros, liberales, socialistas, indios o americanos. Existen fulano y zutano, mengano y perengano con sus fulanadas y sus menganadas. Un liberal no es igual a otro. Un socialista es distinto de otro como distinto es el forofo del Madrid y el vecino en la grada también admirador blanco. Ni siquiera uno mismo piensa igual hoy que ayer o antes de ayer.

          Quizás convenga decirlo bien alto: yo no soy, siéndolo, ni liberal, ni valenciano, ni madrileño, ni español, ni economista, ni profesor, ni creyente, ni casado, ni blanco ni moreno. Cada uno es el que es y punto. Ni más ni menos que ciudadano del mundo. Yo soy el ignorante que soy y cada uno es el que es. Para identificarme basta con el nombre. También los apellidos que resaltan y orientan la ascendencia y proyectan el futuro humano. Hijo de mis padres, padre de mis hijos y abuelo de mis nietos, marido de mi mujer.  Quiero ser, y soy, un desconocido   integral que pide continuamente algo tan sencillo y tan inmensamente productivo para todos: ¡¡¡PAZ!!! ¡¡¡PAZ!!! ¡¡¡PAZ!!! ¡¡¡PAZ JUSTA!!!

Sobre la naturaleza de la riqueza y de la pobreza – Redes y productividad en la Naturaleza – Capítulo 1

REDES Y PRODUCTIVIDAD EN LA NATURALEZA CAPÍTULO 1 Sobre la naturaleza de la riqueza y de la pobreza. La economía es una ciencia radicalmente necesaria para todos. Y ello es así porque la actividad económica es una tozuda necesidad cotidiana[1] que encuentra su fundamento en otras muchas variadas exigencias concretas  -no inventadas, sino reales- que… Seguir leyendo Sobre la naturaleza de la riqueza y de la pobreza – Redes y productividad en la Naturaleza – Capítulo 1

«ANATOMíA DE LA CRISIS»

«ANATOMíA DE LA CRISIS»           Aunque cada conjunto de circunstancias que caracterizan una situación económica concreta es radicalmente original e irrepetible, conviene de vez en cuando sobrevolar el análisis coyuntural que nos atenaza, para contemplar el presente de cara al futuro con la perspectiva histórica que da la experiencia pasada. Si la economía tiene, respecto… Seguir leyendo «ANATOMíA DE LA CRISIS»

LA CARCOMA ESPECULATIVA Y FRAUDULENTA

          Mientras realizaba una lectura profesional me encontré por casualidad con algunos comentarios incisivos y clarificadores que, ante la avalancha de noticias preocupantes en los últimos tiempos, concentradas en el mundo del negocio fácil y del fraude por informaciones y poder privilegiados,  no he podido resistir la tentación de transcribir. Es preciso y urgente que todos hagamos examen de conciencia sobre las repercusiones que tales conductas pueden ocasionar en la credibilidad y potenciación del sistema económico general. No sólo del sistema financiero.

          Se trata de la obra crucial de John Maynard Keynes,  no catalogable precisamente como liberal, titulada «Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero» Publicada por primera vez en 1936. Allí se explica que el estado de confianzaes un asunto al que los hombres prácticos conceden la atención más estrecha y preocupada siendo uno de los principales entre los factores que determinan la eficiencia marginal del capital, que es igual que la curva de demanda de inversión.

          Más adelante distingue entre el espíritu de empresa y la especulación. La palabra empresa o espíritu de empresa se reserva para la tarea de prever los rendimientos probables de los bienes por todo el tiempo que duren. La especulación en cambio se da cuando alguien que compra una inversión está poniendo sus esperanzas, no tanto en su rendimiento probable como en un cambio favorable en las bases convencionales de valoración. A medida que mejora la organización de los mercados de inversión, comenta también Keynes, aumenta el riesgo del predominio de la especulación.

          Tras definir estos conceptos Keynes escribe: «El objeto real y particular de la mayor parte de las inversiones de los expertos, hoy día, es «ganar la delantera» (to beat the gun), como dicen los norteamericanos; ser más listo que el vulgo, y encajar la moneda falsa o que se está depreciando a otra persona»   Más adelante se puede leer: «Los especuladores pueden no hacer daño cuando sólo son burbujas en una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte en burbuja dentro de una vorágine de especulación. Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquél se realice mal.»

          Embarcados siempre en el gran reto de competitividad a nivel mundial, huelgan comentarios.