Si estoy en lo cierto respecto del deslizamiento hacia una sociedad más heterogénea y diferenciada, deberemos esperar ver una mucha mayor variedad en la identificación y en los agrupamientos. Y esto es precisamente lo que está sucediendo.

En Estados Unidos, y otras naciones con elevada tecnología, no es sólo el cuerpo político el que se está rompiendo en fragmentos, el mercado del consumidor refleja más diversas necesidades individuales y de grupo, y más subculturas se separan de los valores dominantes de la mayoría, sino que los mismos procesos centrífugos se hallan en marcha dentro  de los mismos grupos minoritarios.

Los subgrupos raciales, étnicos y religiosos en cada sociedad, se hallan asimismo segmentándose en otros mini grupos más pequeños, más autodefinidos, más variados. Ya no es, simplemente, apropiado hablar de los negros norteamericanos como un grupo homogéneo, o agrupar juntos a los hispanos. 

Toffler, Alvin, Avances y premisas, (Barcelona: Plaza & Janes, 1983) p. 169.

L’existence des causes finales objectives de la valeur économique. – La existencia de causas finales objetivas del valor económico

L’existence des causes finales objectives de la valeur économique.  Si les hommes cherchent toujours à atteindre un but final, c’est parce que celui-ci existe. Il existe une attirance vers cette finalité ultime inscrite au plus profond de l’être humain, et cette existence justifie l’urgence de déterminer, de manière concrète, la nature de cette finalité ultime.… Seguir leyendo L’existence des causes finales objectives de la valeur économique. – La existencia de causas finales objetivas del valor económico

Sobre el derecho de la competencia a la luz de Tomás de Mercado. – Apartado 1 – Capítulo V – Justicia y Economía

JUSTICIA Y ECONOMÍA CAPÍTULO  V ECONOMÍA   Y   DERECHO   DE   LA   COMPETENCIA   COMO MANIFESTACIÓN DEL PRECIO JUSTO  Apartado 1 Sobre el derecho de la competencia a la luz de Tomás de Mercado. Pienso que no tiene desperdicio lo que hace no mucho tiempo se presentó casualmente como una sorpresa intelectual[1] para mí, al constatar la importancia… Seguir leyendo Sobre el derecho de la competencia a la luz de Tomás de Mercado. – Apartado 1 – Capítulo V – Justicia y Economía

La defensa y promoción actual de la competencia en la Unión Europea y en España. – Apartado 2 – Capítulo V – Justicia y Economía

JUSTICIA Y ECONOMÍA ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO  V ECONOMÍA   Y   DERECHO   DE   LA   COMPETENCIA   COMO MANIFESTACIÓN DEL PRECIO JUSTO  Apartado 2 La defensa y promoción actual de la competencia en la Unión Europea y en España. Esas concertaciones ilegales de precios así como los abusos desde posiciones con poder coactivo y las deslealtades que se producen… Seguir leyendo La defensa y promoción actual de la competencia en la Unión Europea y en España. – Apartado 2 – Capítulo V – Justicia y Economía

La visión hayekiana estimulante de la competencia como descubrimiento innovador incesante.  Apartado 3 – Capítulo V – Justicia y Economía

JUSTICIA Y ECONOMÍA CAPÍTULO  V ECONOMÍA   Y   DERECHO   DE   LA   COMPETENCIA   COMO MANIFESTACIÓN DEL PRECIO JUSTO  Apartado 3 La visión hayekiana estimulante de la competencia como descubrimiento innovador incesante.  Como no podía ser menos dada su posición convencida en pro de la defensa, promoción y explicación de la economía de libre mercado –y como uno… Seguir leyendo La visión hayekiana estimulante de la competencia como descubrimiento innovador incesante.  Apartado 3 – Capítulo V – Justicia y Economía

La convergencia de una concatenación de descubrimientos científicos a lo largo de la historia tales como el ábaco, el cálculo matemático con el sistema binario, la electricidad, el silicio, la  fibra óptica,…etc., han hecho posible ese despliegue global desde la persona individual a través de la microinformática personal influyendo sobre  el lenguaje, las ciencias, el arte y, desde luego, la economía. Todas las actividades industriales y de servicios, también las agrícolas y especialmente el mundo financiero, junto al estilo de vida de nuestras sociedades, se encuentran aceleradamente afectadas y ello implica cambios importantes institucionales, jurídicos y sociales, en algunos casos ciertamente complejos.

El hombre trata de dominar toda esa inmensa potencia de la Naturaleza para reorientarla hacia sus preferencias y, por lo tanto, humanizarla. Trata de domeñarla con su trabajo diferenciado pero complementario y con los medios e instrumentos tecnológicos de capital  que va teniendo a su alcance según las circunstancias y la concatenación de descubrimientos innovadores a lo largo de cada tiempo histórico.  Y si decíamos que el factor productivo Tierra en sí mismo era altamente productivo desde el punto de vista meramente material -ya que se multiplicaba de forma exponencial en redes físico-químicas y biológicas- qué no decir de esa riqueza inigualable a nuestra disposición cuando es trabajada y reorientada con la potencia tecnológica cada vez más sofisticada fruto de la inteligencia humana combinada con su laborar manual.

Aunque la economía necesita tratar con las realidades materiales por su origen y, por lo tanto, necesita conocimientos de las ciencias de la naturaleza, lo importante no son esas realidades en sí mismas consideradas, sino en cuanto pueden servir al hombre, es decir, en cuanto valen. El punto de vista desde el que la economía estudia esas realidades es el punto de vista de su valor. El valor está en el centro de todo análisis económico.

Sin embargo, como el valor económico hace referencia al hom­bre, a sus finalidades, la economía necesita conocer esos fines y, por tanto, conocer la naturaleza humana. Ello nos conduce a la necesi­dad de información sobre las ciencias del hombre.

La economía ejerce una función de mediación entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias humanas. No pretende conocer las cosas tal como son en sí, sino su capacidad de relación humana. La economía, al estudiar el valor económico, lo que intenta es entresacar la «vocación» humana que tiene esa realidad material.

El pensar bien consiste: o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos en error. Conociendo que hay Dios conocemos una verdad, porque realmente Dios existe; conociendo que la variedad de las estaciones depende del Sol, conocemos una verdad, porque, en efecto, es así; conociendo que el respeto a los padres, la obediencia a las leyes, la buena fe en los contratos, la fidelidad con los amigos, son virtudes, conocemos la verdad; así como caeríamos en error pensando que la perfidia, la ingratitud, la injusticia, la destemplanza, son cosas buenas y laudables.